martes, 26 de abril de 2016

La revancha contra el pan

Efectivamente amigos, el problemilla con el pan no fue un asunto fácil de tratar. Ahora el gran dilema no era en casa, sino en la calle.

La calle está llena de niños y aquellos pequeños tenían gustos parecidos a los míos. Ellos también sentían debilidad por el pan. Sin embargo, a diferencia de mi, ellos si podían satisfacer su ansia de pan. Como no, para ello necesitaban a sus queridas madres quienes eran las suministradoras de mi gran enemigo. Aquellas dulces y agradables madres no estaban al corriente de mi problema y muy amablemente me ofrecían , a veces, a mi también un trozo de pan. Entonces es cuando mi madre entraba en juego advirtiendo a la generosa madre del problema que tenía y por el cual no podía comer aquel preciado tesoro.

Obviamente, a pesar de no poder comer el pan, mi madre cubría mis pequeños caprichos con otro tipo de golosinas,dulces,chuces... Los Aspitos. Ese era mi gran capricho. Más bien el único, pues me tuve que adaptar a la falta de información y de alimentos sin gluten de aquel momento.


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